Sobre ruedas
10 May 2023Cuando era pequeño, mi padre me inculcó su pasión: los coches.
Desde que soy pequeño he sentido un gran interés por ellos, al igual que mi hermano pequeño. Hace años jugábamos a fijarnos en cuántos tubos de escape tenían y a leer las matrículas de cada coche aparcado en la acera.
Mi momento más esperado era cumplir los 18 años para al fin poder conducir.
Cuando me saqué el carnet de conducir al fin pude cumplir mi mayor sueño de la infancia.
Conducir hace que me sienta libre, y más en una ciudad como es Madrid. Pero no solo en ese aspecto, conducir me hace evadir mis problemas, desconectar, sentir paz.
Pese a ser muy feliz por poder conducir, al cumplir los 18 años me encontraba a 3 meses de hacer la selectividad. Era un niño que tenía que estudiar cosas que no le gustaban y que cada día sentía la frustración de no saber qué quería hacer.
Soy un estudiante de Ade, y sinceramente, entré en esta carrera sin tener la idea clara de si me iba a gustar. Al principio me sentía perdido y no sabía si había cometido un error.
Con el paso de los años he podido aprender cómo funciona una empresa y cada vez me llama más la atención.
Además del trabajo en equipo, que tras estudiar esta carrera, he descubierto que soy muy cooperativo y colaborador.
Y por último, llegó el momento final de mi carrera, las prácticas.
Estoy en dgtl para apoyar a la empresa, contribuyendo con todo lo que me pidan y por supuesto, darlo todo ayudando lo máximo posible.
Pero mi mayor objetivo aquí, es aprender. Quiero demostrarle a mi yo de 18 años agobiado en bachillerato que pese a su gran frustración, al fin ha encontrado lo que realmente le gusta y que no parará hasta lograr sus objetivos.